
Las plantas medicinales que usamos
Las vitaminas no solo se pueden incorporar al organismo a través de la alimentación, sino también por la penetración en la piel con cremas nutritivas.
Vitaminas y minerales participan de funciones muy importantes y por eso, debemos ingerirlas en cantidades adecuadas para mantener un cuerpo saludable.
La vitamina F es, en realidad, un conjunto de ácidos grasos esenciales que el organismo no puede sintetizar por sí mismo y por ello, deben incorporarse de forma externa.
La carencia de estos ácidos puede ocasionar problemas coronarios y elevados niveles de colesterol, caída del cabello, uñas quebradizas y sequedad de la piel.
Los ácidos grasos poliinsaturados que componen esta “vitamina”, son el omega-3 y el omega-6 presentes en frutos secos, semillas, maíz y oliva.
Ambos son indispensables para la salud y deben consumirse de forma balanceada, ya que a diferencia de las vitaminas, los ácidos grasos esenciales forman parte de las membranas celulares e intervienen en múltiples procesos.
Además de sus propiedades medicinales, en cosmética se recomiendan en el tratamiento de diversas afecciones de la piel (sequedad, eccemas, problemas de cicatrización, etc.) porque interviene en los procesos de regeneración de la piel y el cabello.
También intervienen en el tratamiento de enfermedades inflamatorias, en la oxigenación sanguínea y en la coagulación.
El uso habitual de cremas con vitamina F humecta y ayuda a regenerar la piel más rápidamente, previene la aparición de granitos y devuelve paulatinamente la elasticidad y vitalidad.
Laura Rivero - Marina Giardina





